San Venceslao de Bohemia

San Venceslao
San Venceslao

San Venceslao fue un soberano checo que evangelizó a su pueblo, modificó el sistema judicial y redujo las condenas relativas a la pena capital o a la tortura.

El santo fue hijo de Bratislao I de Bohemia y de su esposa Drahomir. También es nieto de Santa Ludmila, esposa del primer duque cristiano de Bohemia, quien se encargó de su educación y le enseñó a amar y servir a Dios.

Tras la muerte de su padre en el año 921, Drahomira asumió el poder y no se mostró acorde con la fe del joven Václav que buscó refugio en casa de su abuela Ludmila

Ante esta situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono y proteja el cristianismo, lo que provocó que fuera estrangulada, por orden de su nuera el 15 de septiembre de 921. El caos se apoderó del ducado de Bohemia.

Por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Venceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo.

Como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Iglesia. Siempre gobernó con justicia y misericordia.

Poseer la reliquia de un santo aumentaba en la Edad Media el prestigio de un soberano. El príncipe Venceslao solicitó entonces al rey sajón, Enrique el Pajarero, que le cediera el hombro de San Vito, cuyas reliquias habían sido trasladadas con anterioridad a Sajonia procedentes de la abadía de Saint-Denis, cerca de París, para fortalecer el proceso de cristianización. Una vez obtenida la reliquia, el príncipe Venceslao fundó en el Castillo de Praga una iglesia consagrada a este santo.

En la mañana del 28 de septiembre del 935, mientras Venceslao salía de casa para ir a Misa, Boleslao, que lo esperaba en un lugar solitario con un grupo de cómplices, le saltó encima para herirlo por la espalda. El joven rey, que todavía no tenía treinta años, detuvo el golpe y echó mano a su espada, pero cuando se dio cuenta que el asesino era su hermano bajó el arma, murmurando: “Podría matarte, pero la mano de un siervo de Dios no debe mancharse con el fratricidio”. Fue asesinado por los sicarios de Boleslao frente a la entrada de la Iglesia

El fratricidio que tuvo lugar en Stará Boleslav dio origen a numerosas leyendas. He aquí una de ellas.
Desde que asesinara al príncipe Venceslao, su hermano menor Boleslao vivió días muy penosos. No encontrando sosiego en ninguna parte, Boleslao no lograba conciliar el sueño, ya que la conciencia no le daba tregua, recordándole: “¡Has derramado la sangre de un justo, que clama por la venganza de los cielos!”

Y, de verdad, todo indicaba que era así. La sangre que brotó de las heridas del mártir San Venceslao, resistía a todas las tentativas de limpiarla. Los asesinos de San Venceslao mandaron lavar varias veces la puerta y los muros de la iglesia de Stará Boleslav, ante cuya puerta el príncipe había sido asesinado. Sin embargo, las gotas rojas de la sangre del mártir, parecidas a los más bellos rubíes, permanecían frescas como si estuvieran recién derramadas.
Boleslao ordenó reiteradamente a los siervos: “¡Laven la sangre!” Pero siempre escuchó la misma respuesta: “¡Vano resulta todo nuestro esfuerzo! Cuánto más intentamos lavarla, más reluce, pareciendo una piedra preciosa!”

Mientras tanto, asombrosos milagros tenían lugar en torno a la sepultura de San Venceslao en Stará Boleslav. Los enfermos que se acercaban a la tumba salían curados y por la noche descendían del cielo coros de ángeles. Su canto se escuchaba a millas de distancia y sobre la sepultura de San Venceslao se veía un resplandor celestial.

Tres años más tarde Boleslao I de Bohemia arrepentido, hizo llevar los restos de su hermano al interior de la catedral de San Vito, en Praga.

El pueblo proclamó al rey Venceslao como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones.

El proceso de la canonización de San Venceslao fue concluido a finales del siglo X por el segundo obispo praguense, San Adalberto.

Tiempo después fue proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Chequia.

Venceslao sigue presente en Chequia en un sinnúmero de monumentos y lugares. Este personaje histórico fue y sigue siendo una fuente de inspiración para pintores, escultores, compositores y arquitectos.

Para los checos el lugar más conocido vinculado con San Venceslao, es la plaza céntrica de Praga que lleva su nombre y el monumento al santo patrono, situado en uno de sus extremos. Se trata de un lugar simbólico, donde tuvieron lugar diversos acontecimientos históricos como las protestas contra la ocupación soviética en 1968 y las manifestaciones a favor de los cambios democráticos y contra el régimen comunista en 1989.