En la noche del sábado se entregó a la Policía un joven que confesó ser quien había pintado con un espray azul el Puente de Carlos en Praga el pasado viernes. El individuo se reconoció en las imágenes aportadas por la Policía y decidió acudir él mismo a las autoridades. La Policía también sabe quién es la joven que le acompañaba. Ambos son menores de edad, por lo que la Policía no puede revelar su identidad, informaron en Twitter y en su página web.
Los daños ascienden a algo menos de 4000 euros. Los trabajos de limpieza de las pintadas, que ocupan decenas de metros, durarán varios días.