Hace 25 años, los inspectores de la UNESCO decidieron asumir la protección del casco histórico de Praga, ‘La ciudad de las cien torres doradas’ como suele ser apodada, inscribiéndola en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Este reconocimiento del gran valor histórico-arquitectónico, fue muy significativo para la capital checa, según recalcó en entrevista para Radio Praga Jiří Skalický, director del Departamento de Cuidado por los Monumentos de la Alcaldía Mayor de Praga.
”La inscripción de Praga en el Patrimonio Mundial representó un hecho de importancia para este país. Le trajo un gran beneficio a la capital checa ya por el hecho de llegar a formar parte de un patrimonio único a nivel mundial. La zona de la reserva municipal de Praga es una de las dos más extensas de Europa, después de Roma. La aceptación por la UNESCO hizo también revivir el centro de la ciudad y las zonas adyacentes. A Praga llega un gran número de turistas que admiran lo que se ha logrado remodelar y revitalizar. Últimamente vienen en especial turistas de países de Asia, que viajan por Europa para conocer las ciudades inscritas en la lista de la UNESCO. Eso lo consideramos positivo”.
Klára StejskalováJiří Skalický sostuvo que la UNESCO ayudó a un mayor prestigio de Praga e impulsó una rápida remodelación de su casco histórico. Comenzaron a surgir igualmente atractivas terrazas en cafeterías para que los turistas pudieran tomarse su café o una copa al aire libre, teniendo una bonita vista a diversos rincones de la ciudad. Terrazas pequeñas y más grandes aparecieron también en los restaurantes y cafeterías situados en los últimos pisos o techos de algunos edificios, con hermosas vistas de Praga.
Por otro lado, el formar parte del patrimonio mundial trae ciertas limitaciones, y ello tanto a sus habitantes como a los empresarios y los inversionistas. Por ejemplo, fuera de algunas excepciones, Praga no tiene edificios de gran altura, a diferencia de otras capitales, y esto debe permanecer así para cumplir los requisitos de la UNESCO.
fuente: Radio Praga