UNA NOTA DE ALEGRIA Y DE TRISTEZA A LA VEZ

(Carlos (Karel) Stöhr 8/junio/2013)

PRAGA, mi ciudad natal, la cual logré visitar durante los días 11 y 19 de mayo p.p., resultó una sorpresa agradable. La encontré magistral, enaltecida, floreciente con sus abundantes parques bien verdes y luciendo de nuevo esa brillantez que la identificaba durante varias épocas de oro en siglos pasados. Por cierto me tropecé con unos quejones profesionales checos, los elementos negativos que nunca faltan. Pero yo juzgo por lo que veo, y trato de disfrutar esa tremenda realidad. Había de todo, comida, materiales, ropas, supermercados, centros comerciales grandes, carros nuevos, cine teatro, conciertos. Observé una clara presencia internacional, la cual ya existía en Bohemia a raíz del reinado de Carlos IV, Rodolfo II, María Teresa y especialmente muy presente durante el desarrollo de la llamada “revolución industrial“ desde sus meros inicios. La apertura de la Universidad Carolina en 1348 sirvió de enlace con las culturas existentes en Francia y en Italia, trajeron cultura y se llevaron cultura. En vista que Bohemia formaba parte del Imperio austro-húngaro hasta la creación de la República Checa en 1918, no se conocía el gentilicio checo como tal en Venezuela. De hecho, el pueblo checo es dueño de una cultura milenaria, habla lee y escribe su propio idioma con raíces eslavas y un toque germano, por la prolongada presencia de las cortes que practicaban el idioma alemán en el Centro de Europa. Los checos lucen una actividad folclórica rica, con usos, costumbres y tradiciones muy vigentes.

Lamentablemente ocurrieron en días pasados esas noticias desagradables con relación a las recientes inundaciones. Parece que la naturaleza está reclamando sus espacios invadidos en todas las partes del mundo.  Debemos estar conscientes una vez por todas, que cada construcción de una vía nueva, un edificio con su patio y estacionamiento  construidos en fechas recientes ayudan, que en el punto final de la descarga, llega más cantidad de agua en menos tiempos.  La razón lógica es, que existen muchas más superficies lisas. Sin embargo la sorpresiva inundación hace 12 años sirvió para tomar más medidas de protección en el futuro en Praga.